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El sueño siempre cobra sus deudas


Los voluntarios de un estudio viven tres semanas con días de hasta 43 horas. La falta de sueño merma la atención
Cada persona lleva a sus espaldas una carga invisible que decide lo bien o mal que hará su trabajo y el riesgo de cometer errores peligrosos. Son horas de sueño perdidas que es difícil o imposible recuperar, según ha demostrado un nuevo estudio publicado en la revista Science Translational Medicine.
"Hemos demostrado que las personas no somos capaces de sobreponernos a la pérdida crónica de sueño, sino que realmente somos cada vez más vulnerables a sus efectos", explica Daniel Cohen, médico e investigador de la Universidad de Harvard (EEUU) y coautor del estudio. Los efectos de la falta acumulada de sueño llegan a reducir la capacidad de reacción de una persona hasta diez veces, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de cometer errores graves.
Cada hora que se escatima al descanso diario se suma a una cuenta intangible que los expertos denominan "deuda de sueño" y que reduce la capacidad de desarrollar actividades que requieren una atención plena. El peso de cada una de estas horas puede llegar a ser abrumador, sobre todo en profesiones con escasez de efectivos y turnos largos. El vertido del petrolero Exxon Valdez, la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania) o el vertido químico de Bophal (India), que se llevó por delante más de 15.000 vidas, se han atribuido a errores de personas que llevaban muchas horas sin dormir. Otros estudios en hospitales de EEUU han demostrado que los turnos continuados de más de 24 horas algo habitual en ese país triplicaban el número de errores serios en los que los pacientes sufrieron alguna lesión a manos de un médico zombi.
"No podemos engañar al cuerpo y privarle de las horas de sueño que necesita", recuerda Cohen. Su estudio ha sido el primero en demostrar que la falta acumulada de sueño durante días y semanas empeora las capacidades cognitivas de una persona en un proceso que tal vez sea irreversible. "No sabemos cuántas noches de sueño apropiado son necesarias para recuperarse", confiesa.

Imitar a un camionero

Hace unos meses, Cohen reclutó a nueve jóvenes, de entre 21 y 34 años, y les pidió que se olvidasen de sus almohadas por un tiempo. Tenían que estar despiertos 33 horas seguidas y luego descansar diez. La idea principal era reproducir los turnos interminables de doctores, militares o camioneros en EEUU. Pero la jornada también equivalía a dormir unas 5,6 horas cada 24, algo que representaría a una población mucho más general. Los voluntarios pasaron así tres semanas, sometiéndose, junto a un grupo de control, a exámenes rutinarios que medían su capacidad de reacción y habilidad cognitiva.
Los resultados trajeron buenas noticias para los trasnochadores ocasionales. Demostraban que los efectos de una noche en blanco quedan corregidos cuando al día siguiente se duermen diez horas. Pero cuando la pérdida de horas de sueño se acumulaba durante varios días, la capacidad de reacción quedaba mermada y disminuía con cada hora de sueño perdida. Cohen señala que el estudio destapó un efecto engañoso que empeora la situación. Después de descansar durante diez horas, los participantes creían que se habían repuesto completamente de su larga jornada de 33 horas. Pero a medida que avanzaba el día su atención bajaba en picado hasta ser diez veces menor de lo normal.
Después de 24 horas sin dormir, su estado mental era equivalente al de una persona que supera el límite de alcoholemia, lo que "es una buena estimación de las consecuencias que podría tener la falta crónica de sueño en el mundo real", destaca Cohen. "La gente cree que está recuperada tras una noche de descanso, pero después vuelven a sentirse cansadas y comienzan a cometer errores unas horas después", destaca.

Deterioro abrumador

Los largos días de 43 horas impuestos por el estudio también estaban diseñados para desfasar el reloj biológico que dicta los ritmos corporales. Cuando ese reloj dice que es de día, las personas con falta de sueño experimentan un "subidón" que les permite continuar despiertos a pesar del cansancio. Pero cuando la "deuda de sueño" era grande y el reloj biológico decía que era de noche, el deterioro cognitivo era abrumador.
Otros estudios detallan los implacables efectos de las "deudas del sueño" en la salud. "No dormir suficiente es un factor que predice una mayor mortalidad", sentencia Francesco Capuccio, un médico de la Universidad de Warwick (Reino Unido) que lleva décadas estudiando los impactos de la falta de sueño. Incluyen obesidad, diabetes, problemas circulatorios y enfermedades del sistema inmune.
Cada persona necesita una cantidad de sueño diferente, pero a lo largo de los años Capuccio ha podido averiguar las horas de sueño que separan la salud de la enfermedad. Su último trabajo, que se publicará en la revista Sleep, ha analizado los resultados de estudios clínicos que suman datos de 1,4 millones de personas. El veredicto es que dormir menos de cinco horas al día aumenta un 12% el riesgo de ser obeso, tener diabetes, sufrir un infarto o padecer cáncer, explica. "Puede que dormir cinco horas no te mate, pero te da una probabilidad considerable de morir por alguna de esas enfermedades", comenta. Destaca que en algunos países occidentales hay entre un 30% y un 40% de personas que duerme menos de cinco horas.
Los efectos del sueño perdido se acumulan, pero comienzan a notarse en apenas unos días, como demostró recientemente la investigadora de la Universidad de Chicago Eve Van Cauter. La experta reclutó a varios jóvenes y les pidió que durmieran cuatro horas al día durante una semana. Al comenzar la prueba estaban totalmente sanos, pero al terminarla, su sangre mostraba que estaban en un estado previo a la diabetes.
Otro estudio dirigido por Capuccio demostró que dormir menos de cinco horas dobla el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares. "La gente no suele ser consciente del daño que les hace la privación de sueño", destaca. "Hay que recordar que el sueño es tan importante como la nutrición", señala Van Cauter. Junto al ejercicio, los dos elementos anteriores son los pilares de la buena salud, añade.
Pero la sociedad moderna no duerme. Las personas de hoy duermen una hora y media menos que hace un siglo, señala un estudio. "Mucha gente sigue pensando que cuanto menos duermes, más productivo eres", lamenta Van Cauter. Algunas encuestas seña-lan que los españoles están a la cola de Europa en horas de sueño. "Los españoles no dormimos lo suficiente por razones culturales", explica Diego García Borreguero, director del Instituto de Investigación del Sueño de Madrid. Detalla que el español medio se levanta algo más tarde que sus vecinos europeos, pero se va a dormir a una hora mucho más avanzada, lo que le hace acarrear un déficit de sueño durante toda la semana.