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Libro "Diario de una persona con Diabetes", del psicólogo Juan José García Vélez.

El Club de Prensa del Diario de León presenta hoy el libro «Diario de una persona con Diabetes», del psicólogo Juan José García Vélez. El autor da las claves psicológicas para superar una enfermedad cuya evolución se ve afectada por el estrés y los problemas cotidianos de la vida.

Vivir cada día con la diabetes supone un reto físico y psicológico para los enfermos. El psicólogo Juan José García Vélez resume las experiencias de cien pacientes a los que ha atendido en las terapias individuales y de grupo en su consulta, en el libro Diario de una persona con Diabetes , que ofrece algunas claves para convivir con al enfermedad. Las páginas, con lenguaje sencillo, letra grande y con pinceladas de humor, se centran el aspecto psicosocial de la enfermedad.
-¿Qué encontrará el lector en el libro?
-El libro es un producto del trabajo realizado con enfermos diabéticos durante varios años a través de terapias de grupo para ellos y sus familiares. Recoge las experiencias de los enfermos sobre la diabetes a lo largo de distintos periodos evolutivos, desde la infancia, la adolescencia, la edad adulta y la tercera edad. La diabetes es una enfermedad crónica tratada por el endocrino. El libro ofrece una visión psicológica, en sus páginas se recogen los aspectos biopsicosociales y psicosomáticos. Es decir, todo lo que rodea al enfermo, con un aspecto más social. Es importante la aportación de la terapia de grupo porque, por lo general, el enfermo lleva su dolencia en solitario.
-¿Con cuántos pacientes ha contado para este trabajo?
-Entre pacientes y familiares, eran grupos de cien personas.
-Por grupos de edades, ¿quién lleva peor psicológicamente el peso de la enfermedad?
-Los adolescentes lo llevan con muchas dificultades, porque están en un periodo complicado de sus vidas, y los niños, sobre todo al principio de la enfermedad. Una vez que ya van cogiendo experiencia y van dominando la enfermedad la suele llevar mejor, pero depende mucho de cada caso.
-¿Qué es lo que más influye a los pacientes diabéticos?
-Comentan que el estrés, los problemas y los disgustos cotidianos son los factores que más les influyen en los niveles de la glucosa. Cuentan que parece que la diabetes tiene vida propia porque a pesar de llevar un control riguroso y haciendo siempre lo mismo, los niveles bajan o suben. Ese descontrol es lo que más nerviosos les pone, además de los problemas y los disgustos familiares. El estrés de la propia enfermedad también influye. Un diabético tiene que llevar un control minucioso de la dieta, el horario, de las cantidades ingeridas y eso estresa al paciente. A la ahora de la verdad, son un montón de cosas que no sirven para curar, sino para no estar peor, lo que también mina la motivación del enfermo.
-Como psicólogo, ¿cuáles son las herramientas psicológicas que ofrece para llevar sin estrés la enfermedad?
-Los enfermos tienen que aprender a convivir con ella, que es lo más difícil. Tienen que disponer de toda la información necesaria de la enfermedad, saber todo lo relativo al funcionamiento de las pautas que tiene que seguir. Pero influye mucho también la motivación, las actitudes personales, el espíritu positivo y llevar a cabo un montón de cosas que tienen que hacer diariamente. Hay gente que lo lleva bastante bien y otros se desesperan.
-Decía antes que las terapias son también para las familias ¿qué papel juegan las familias?
-Son fundamentales, sobre todo en la infancia y la adolescencia. En la edad adulta y la tercera edad tienen un papel más de acompañamiento y de ayuda para que cumplan la dieta y los horarios. Son un apoyo fundamental y son los que primero se dan cuenta de los cambios de humor del enfermo, que les indican que hay cambios en la glucosa.

Análisis de sangre predice la diabetes y la enfermedad cardiaca

Un estudio halla que la A1C supera a la prueba de glucosa en ayunas en la predicción de la enfermedad cardiaca y el riesgo de accidente cerebrovascular

Una prueba más reciente de hemoglobina A1C predice la diabetes tan bien como la prueba del azúcar en sangre tradicional, pero supera al estándar por excelencia en la predicción del riesgo futuro de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV), según una investigación reciente.

Tras ajustar los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, el estudio encontró que aunque los niveles de A1C que eran suficientemente elevados para diagnosticar la diabetes se asociaron con casi el doble de riesgo de enfermedad arterial coronaria, no se encontró una relación similar en las lecturas de glucosa en ayunas que eran suficientemente elevadas para generar un diagnóstico de diabetes.

A la prueba de A1C también se le conoce como prueba de hemoglobina glicosilada, y mediante una pequeña muestra de sangre mide los niveles de azúcar en sangre de los últimos dos o tres meses.
"Nuestros datos sugieren que la hemoglobina glicosilada es un factor de riesgo realmente potente para la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Si tiene resultados anormales de hemoglobina glicosilada, debería recibir intervenciones para la diabetes y la enfermedad cardiovascular", aconsejó la autora principal del estudio Elizabeth Selvin, profesora asistente de epidemiología y medicina del departamento de epidemiología de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Johns Hopkins en Baltimore.

En enero, la American Diabetes Association (ADA) recomendó que los médicos podían comenzar a usar la prueba de A1C para el diagnóstico de la diabetes. Anteriormente, la prueba no se había recomendado porque no se había estandarizado entre los distintos laboratorios. La ADA establece el nivel de diagnóstico para la diabetes a partir de 6.5 por ciento, y para la prediabetes entre 5.7 y 6.4 por ciento.

El porcentaje de A1C es la cantidad de hemoglobina glicosilada o glicada que tiene una persona.
Para el presente estudio, Selvin y sus colegas midieron la A1C de más de 11,000 muestras de sangre almacenadas del Estudio sobre riesgo de la arteriosclerosis en las comunidades, que empezó en 1990. Ninguno de los voluntarios del estudio tenía diabetes ni enfermedad cardiovascular en el momento en que se tomaron las muestras.

Los investigadores compararon luego los niveles de A1C con los niveles de azúcar en sangre en ayunas y con la información de 15 años de seguimiento de la salud general recogida por el estudio anterior.
Durante ese tiempo, 2,251 personas fueron diagnosticadas con diabetes y cerca de 1,200 con enfermedad cardiaca, además 385 personas tuvieron un ACV isquémico (sin hemorragia), de acuerdo con el estudio.


Tal como se esperaba, los investigadores encontraron que los niveles elevados de A1C se asociaban a un mayor riesgo de ser diagnosticado con diabetes. Los que tenían una A1C inferior al 5 por ciento afrontaban un riesgo 48 por ciento menor de diabetes, mientras que los que tenían A1C entre 5 y 5.5 por ciento tenían un riesgo normal de diabetes. Sin embargo, a partir de aquí el riesgo aumentaba de forma rápida. Los que tenían una A1C de entre 5.5 y 6 por ciento experimentaban un incremento en el riesgo de diabetes de 88 por ciento. Los que tenían una A1C de entre 6 y 6.5 por ciento afrontaban un riesgo cuatro veces mayor. Las personas con niveles de A1C por encima del 6.5 por ciento tenían una probabilidad 16 veces mayor de ser diagnosticados con diabetes, frente a los que tenían niveles inferiores al 5.5 por ciento. Estos resultados eran similares a los de los niveles de glucosa en ayunas, señalaron los autores del estudio.

Sin embargo, la glucosa en ayunas y los niveles de A1C se diferenciaban ampliamente en la predicción del riesgo futuro de enfermedad cardiaca y ACV. Aunque la glucosa en ayunas no predecía el riesgo futuro, el estudio encontró que los niveles de A1C lo hacían de manera precisa.

Las personas que tenían A1C por debajo del 5.5 por ciento tenían un riesgo promedio de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular, pero las personas con A1C entre 5.5 y 6 por ciento experimentaban un aumento de 23 por ciento en el riesgo. Para los que tenían una A1C entre 6 y 6.5 por ciento, el riesgo de enfermedad cardiovascular aumentaba a 78 por ciento. Cuando los niveles de A1C estaban por encima del 6.5 por ciento, el riesgo de enfermedad cardiovascular aumentaba cerca de dos veces.


Los resultados del estudio aparecen en la edición del 4 de marzo de la New England Journal of Medicine.
"Esta prueba lleva mucho tiempo entre nosotros, y el último dictamen fue que no se podía usar para predecir la enfermedad cardiovascular", apuntó el Rafael Gonzalez, director de cardiología de Scott & White Healthcare en Round Rock, Texas. "Pero este estudio nos demuestra que podría ser un excelente marcador. Mientras más altos sean los niveles de A1C, mayor será el riesgo. Esto nos dice que necesitamos ser más agresivos con la prevención en las personas que tienen niveles más altos, quizá optar por reducir el colesterol LDL (malo), y hacer énfasis en los factores del estilo de vida", explicó.


"La diabetes es como la presión arterial alta, las consecuencias no aparecen de inmediato. Y algunas veces, esto hace que la gente se plantee '¿por qué necesito tomar este medicamento?'. Por tanto, ésta es una evidencia más y quizá una buena forma de captar la atención de la gente", agregó González


Más información
Para más información sobre la prueba de A1C, visite la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.

 HealthDay (English) / HealthDay (Español)

Neuropatía Diabética Dolorosa


Neuropatía dolorosa afecta a 50% de diabéticos

El trastorno aparece con frecuencia a los diez años de vivir con la enfermedad. Puede provocar dolores severos en extremidades.



Cerca de la mitad de las personas con diabetes presentarán neuropatías con dolor, una complicación muy común de esta enfermedad que afecta en gran medida su calidad de vida.

En diabetes tipo I, la neuropatía diabética dolorosa se presenta después de tres años con el padecimiento, en 50 por ciento de los pacientes; mientras que en la diabetes tipo II van a presentarla “después de diez años de tener la enfermedad, cerca del 45 por ciento de los pacientes”, informó la coordinadora de Desarrollo Institucional del Instituto Jalisciense de Alivio al Dolor y Cuidados Paliativos (Palia), organismo de la Secretaría de Salud (SSJ), Karla Margarita Madrigal Rentería.


La especialista explicó que la neuropatía diabética dolorosa afecta principalmente a los nervios periféricos de las piernas y brazos.


“Los pacientes presentan dolor de tipo ardoroso, quemante, ya en los pies y las piernas o en las manos y los brazos, enrojecimiento, hormigueo y sensación de descargas eléctricas”, refirió.


Madrigal Rentería indicó que un paciente con neuropatía diabética dolorosa está hipersensible y “les afecta la calidad de vida por los dolores, a veces tan severos, que no puede dormir, llega a presentar depresión y ansiedad, no puede caminar o agarrar las cosas con las manos porque se le caen”.


La entrevistada dijo que la única forma de prevenir o retrasar el desarrollo de esta complicación es mediante “el control metabólico integral”, lo que significa mantener adecuadamente los niveles de glucosa en sangre y no padecer obesidad ni subir de peso.


Una vez que se presenta este tipo de neuropatía, el tratamiento incluye en principio la dieta y el control de peso. Además “dar un manejo adecuado del dolor así como rehabilitación”, el cual se prescribe por un experto en las clínicas del dolor, la de Palia entre otras.


A partir del 4 y hasta el 6 de marzo próximo tendrá lugar el III Congreso Internacional de Medicina de Rehabilitación donde se abordará este y otros temas, dirigido a profesionales de la salud. Más informes en Palia.


La depresión es un factor de riesgo de diabetes

(COMO LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL O EL TABACO)
Un estudio encabezado por Antonio Campayo, psiquiatra en el Hospital Clínico Lozano Blesa, concluye que la depresión aumenta el riesgo de diabetes en un 65 por ciento entre los mayores de 55 años.

"Se tenía el convencimiento inverso por estudios previos. Era conocido que quienes padecen diabetes también sufren depresión con más frecuencia. Pero que una enfermedad mental provoque una enfermedad física es algo realmente provocador. Hay poca documentación", señala Antonio Lobo, psiquiatra responsable del grupo CiberSAM, en Zaragoza, y del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza. Precisamente, a este mismo Servicio pertenece Antonio Campayo, primer autor del artículo que se publica en el último número de American Journal of Psychiatry, y en el que se constata el resultado del estudio realizado en Zaragoza: que la depresión aumenta el riesgos de diabetes en un 65 por ciento en mayores de 55 años.
El estudio forma parte de las olas del proyecto Zarademp que, en 5.000 pacientes mayores de 55 años, han analizado la incidencia de la depresión y la demencia, así como factores de riesgo asociados a la diabetes. El trabajo ha podido documentar que los participantes que en el estudio de base tenían depresión, pero no diabetes, desarrollaron a los cinco años de seguimiento la diabetes en proporciones significativamente superiores que quienes no estaban deprimidos.
Y el resultado es la constatación de que la depresión constituye un "riesgo atribuible". En concreto, afirma Campayo, "la depresión aporta un 7 por ciento de riesgo atribuible". Y ello indica que determinados factores de depresión se asocian con diabetes, pero también que las depresiones más frecuentes en la población general, las no graves, así como las depresiones persistentes e incluso las no tratadas se asocian con mayor riesgo de diabetes.
¿Cómo?
Aunque a este estudio epidemiológico habría que añadir una investigación internacional, sus autores señalan una hipótesis para explicar cómo la depresión provoca diabetes. Y la hipótesis, según Campayo, "se centra en unos mecanismos neuroinflamatorios comunes que afectan al endotelio vascular y a la inflamación sistémica". Por eso resulta necesaria la conjunción de grupos de estudios clínicos, epidemiológicos, con otros de neurología y de farmacología básica para buscar nuevas dianas terapéuticas.
Otras cuestiones controvertidas, como si los antipsicóticos o los antidepresivos generan diabetes, no encuentran en este estudio datos significativos que inclinen la balanza a favor o en contra de una familia farmacológica en particular.
En cualquier caso, el estudio, concluye Antonio Campayo, "abre ventanas y alerta en particular a la atención primaria sobre estos datos que ofrecen claras implicaciones tanto clínicas como de salud pública".
Al fin y al cabo, apostilla Antonio Lobo, "cuestionarios de depresión lo sugerían, pero éste es el primer estudio en el que se hace un diagnóstico clínico documentado en visitas".
El resto del equipo pertenece también al Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, así como a los Departamentos de Medicina y Psiquiatría, y de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Zaragoza.

Tomado de DM MEDICINA

Hemoglobina glicosilada como criterio diagnóstico de la diabetes


La hemoglobina glicosilada es una medida de laboratorio que indica cuánta glucosa ha tenido una persona en la sangre durante los últimos tres meses.
Por ello, dado que la diabetes es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la glucosa en sangre, el análisis de hemoglobina glicosilada es básico para el estudio de estos pacientes.
Dada su fiabilidad, este valor -que hasta ahora sólo se utilizaba para el control del paciente diabético- acaba de ser incorporado como criterio diagnóstico de la diabetes, junto con la medición de la glucosa en sangre. En concreto, en las últimas recomendaciones de la American Diabetes Association (ADA), publicadas en enero de 2010, aparece por primera vez este valor como criterio diagnóstico de esta enfermedad.
Según explica el Dr. Raimundo Goberna, ex-Presidente de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) y jefe de Servicio de Bioquímica Clínica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, “en la actualidad, su realización está indicada en personas mayores de 45 años o en menores de 45 años que presenten algún factor de riesgo para el desarrollo de diabetes tipo 2, como un índice de masa corporal mayor a 30, dislipemia, hipertensión arterial, antecedentes familiares de diabetes, diabetes durante el embarazo o que presenten valores de glucosa alterados”.
Asimismo, se recomienda la realización de esta prueba a todos los pacientes diabéticos dos veces al año, independientemente de si sus valores de glucosa en sangre se encuentran bien controlados o no, tal y como recogen las principales guías de práctica clínica.
Sin embargo, “aunque a día de hoy es una prueba que se realiza de forma rutinaria en casi la totalidad de laboratorios de España, hasta hace poco los resultados de hemoglobina glicosilada no eran comparables entre distintos laboratorios debido a la multitud de técnicas existentes para su medición, y a la utilización de distintas unidades para expresar estos resultados”, afirma el Dr. Goberna.
Ante esta situación, que  suponía un grave problema pues ponía en peligro la calidad del control de los pacientes diabéticos, el Departamento de Bioquímica Clínica del Hospital Universitario Virgen Macarena, junto con la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), y la Sociedad Española de Diabetes (SED), tomaron la iniciativa de organizar una reunión a finales de 2008, a la que asistieron representantes de las principales sociedades científicas para el estudio de la diabetes de dentro y fuera de nuestro país, y que permitió unificar criterios en cuanto a la calidad necesaria y a la emisión de resultados de hemoglobina glicosilada.
Fruto de esta reunión, nace un documento de consenso que permite solventar este problema, pues en él se recogen una serie de recomendaciones dirigidas a los laboratorios para que los resultados sean de calidad y comparables entre sí. “Esto es de vital importancia para el paciente diabético, que ve así mejorada la calidad en su control por parte del laboratorio”, concluye el Dr. Goberna.
La hemoglobina glicosilada es el tanto por ciento de hemoglobina que se encuentra unido a la glucosa, alrededor del 5% en condiciones normales. Un valor mayor al 6,5% es diagnóstico de diabetes.
Cuando se utiliza este valor para el control del paciente diabético, un resultado mayor a 7% indica que hay que realizar una vigilancia más estricta de los niveles de glucosa del paciente, ya que de no ser así podría desarrollar complicaciones como ceguera, fallo renal o neuropatía.